Mollendo, un puerto, un pueblo, miles de historias. Una hermosa y vieja gitana húngara que adivinó en las suertes de las cartas una veta de oro que nunca se descubrió; pescadores de enormes albacoras que escuchaban los cantos de sirenas en un límite imaginario del mar conocido como la ‘línea de vapores’; una hermosa joven que se fugó con un trapecista de circo y lo amó hasta el día en que el hombre murió de amor en sus brazos; una bruja que se aparece a los caminantes en un árbol de molle gigante en las lomas de Tintayani; farmacéuticos que fabricaban fórmulas magistrales para el mal de amores; un marino alemán que fue abandonado por su esposa y se suicidó al otro lado del océano…
Aquellas y otras son las historias que Alberto Montoya nos trae en este su primer libro, La magia de mi pueblo. En este libro reúne crónicas, cuentos y relatos sobre el puerto de Mollendo. Como mollendino y siendo amigo desde muy pequeño de la familia del autor, tenía que estar en la presentación de esta obra. Disfruté mucho su lectura, así que acá les traigo esta entrevista que le hice para conocer un poco más de este excelente trabajo, que es parte ya del acervo cultural de nuestro querido Puerto Bravo.
Beto, este es tu primer libro, pero tú vienes escribiendo estas historias desde hace años. Acá tengo dos preguntas: Primero, ¿cómo hace en ti, un ingeniero de formación, la afición por escribir? He recordado a Ernesto Sábato, que se formó en ciencias duras. Y, segundo, ¿por qué precisamente historias sobre Mollendo?
Tal vez haber leído constantemente durante toda mi vida me llevó a inclinarme por escribir. Y, sobre lo segundo, Mollendo es mi inspiración, lo llevo pegado al alma. Debo agregar un dato que te interesará, porque tú mencionaste a Ernesto Sábato. Debo decirte que me gradué de ingeniero en la misma universidad en que Sábato estudió física-matemáticas, y también su hermano.
¿Has tenido alguna práctica o formación previa como algún taller de creación literaria? Pues están muy buenos tus textos.
No tuve nunca práctica o taller alguno.
Quizás ésta debió ser una pregunta previa, ¿en algún momento de tu vida, quizás más joven, te planteaste ser escritor?
No me lo planteé, pero fue decantando a medida que pasaban los años. Mis cuentos primeros los envié a algunos amigos, y ellos fueron los que me incentivaron a seguir con los cuentos.
¿Cómo recopilaste las historias de La Magia de mi Pueblo, pues algunas son antiguas?
Todas son transmisiones de relato oral. Trate de recuperar y apelar a la memoria de los viejos, antes que se pierda con los años y se borre esa valiosa información. Lamento no haber empezado antes, muchos viejos se me “escaparon” llevándose el tesoro de esa información, de esas anécdotas tan ricas de un Mollendo que se ha ido borrando y diluyendo con ellos.
¿Has tenido que hacer también trabajo de investigación o es todo sobre tus recuerdos y vivencias?
Hubo desde luego investigación. Conseguí unos periódicos muy viejos, la monografía de Sivirichi, lo que escribieron los doctores Velarde Herrera y Torres Muñoz.
Algunas crónicas tiene sucesos que bien podrían considerar mágicos, incluso me recuerdan al género de lo “real maravillosos”; que a su vez son temas de las vivencias de muchos pueblos del interior; pero, ¿qué tanto de ficción te has permitido?, ¿todo es en su mayoría real?
En su mayoría es real, pero hay ficción que cuidadosamente he procurado que no deforme la historia original, solo por hacerlo más ameno. Por ejemplo, en el cuento del colegio militar, las luciérnagas no existieron; pero créeme que los mismos estudiantes de la primera promoción se creyeron esa historia.
Más de un relato se refiere a historias de amor sincero, pero que tienen un final trágico, que incluso acaba en el suicido, como el del marino alemán Otto Weider que se pegó un tiro en nuestro puerto, o la pareja que se fugó en un avión que robaron en Lima y llegó al campo de aviación en Mollendo. ¿Por qué este tipo de historias de amor con finales trágicos pueden parecer más impactantes a los narradores?
A esos dos relatos puedes agregar, Si estas a mi lado es suficiente. Te repito lo anterior, procuré cuidadosamente con la ficción no contaminar las historias. Principalmente la del aviador y su amante es una historia muy trágica. Fui al cementerio de Mollendo y los nichos están juntos, uno al lado del otro. Encima ambos tienen el mismo florerito minúsculo, insignificante, con una florcita de plástico; seguramente algún pariente los recuerda aún. Es conmovedor. Entonces, si bien es cierto no lo describo en el relato, seguramente será porque te predispones a quitarle o borrar en gran medida todo lo trágico de lo sucedido. Ahí tienes un claro ejemplo de que la realidad puede al revés deformar el cuento, hacerlo pegajoso, y hasta poco creíble.
Otro cuento de amor es el de Mónica Stéfano. Ella vino dos tardes a mi casa y me conto su historia. Era amor puro en su expresión y esencia más elemental. No es fácil llevar a un cuento lo que pude percibir cuando Mónica lo describía, la emoción que sintió cuando todo estaba perdido, en el sentido de que nadie de su entorno quería que se casara; y se le prendió la lamparita y se le ocurrió decir que …estaba sucedida. No te imaginas con que emoción contaba lo ocurrido 50 años atrás, aquel brillo de sus ojos es imposible plasmar en letras.
Estuve en la presentación. Fue un éxito total. Llenaste el auditorio del colegio María Auxiliadora, que es un lugar grande. Se vendió muy bien y la gente sigue preguntando por tu libro. Pero también entiendo que hay crónicas y relatos que se han quedado en el tintero. ¿Piensas escribir otro libro?
Tengo 49 cuentos, en un nivel de algo más que borrador. Bueno, veinte ya están en mi primer libro. Estoy escribiendo dos cuentos más que ya los tengo estructurados. Uno es sobre los mollendinos cuando van Arequipa (trato de rehabilitar a Arequipa); y el otro sobre los peluqueros de Mollendo, y en especial de un hombrecito sencillo, humilde y casi insignificante que se “comió” varios años de cárcel, porque en su peluquería vendía cigarros al por menor. Una injusticia mayúscula, lo acusaron de contrabandista.
Finalmente, creo que con este libro has aportado a la cultura de nuestro pueblo y preservar la identidad del puerto de Mollendo. Como mollendino, que además ha disfrutado la lectura del libro, te agradezco el aporte que has hecho a la literatura de nuestro terruño.
Gracias por tus conceptos, Eduardo. Sé que el libro gustó mucho. La mesa de presentación fue un lujo en extremo. Además, había muchísimos mollendinos por el centenario del colegio[1]. Todo ello ayudo mucho para que la presentación fuera un éxito. Todos esos factores concurrieron para el éxito del libro. Y los muchos buenos amigos que tengo ayudaron con hacerle una gran propaganda, hubo un “boca a boca” muy generoso. Contrario a lo que suele suceder cuando la reputación es mala —hazte de fama y échate a la cama—. En el caso de mi libro podrás ver que los elogios se multiplicaron y creo que sin caer en falsas modestias, me vi muy favorecido por la “crítica”.
[1] La presentación del libro La magia de mi pueblo se dio en el contexto por el aniversario de los cien años del Colegio Nacional Deán Valdivia de Mollendo, donde estudió el autor.
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Felicitaciones espero comprar el libro lo encargare a alguien .
Mucha cultura y muy explicito para poder describir.
Gracias por leer.